“Kooza” es inspirado en la palabra sánscrita koza, que significa “caja”, “cofre” o “tesoro”. Se estrenó mundialmente en Montreal (Quebec), en abril de 2007 y es la vigésima creación original de “Cirque du Soleil”, ha visitado más de 65 ciudades en más de 20 países.
Volvió “Cirque Du Soleil” a México, tras 20 años de la presentación del espectáculo “Alegría”, y después de 4 años de ausencia por la crisis sanitaria y económica.
Dos personajes son los ejes de la obra: Arlequín, tramposo, astuto, guía del artificio de la función, maestro de ceremonias, en contraposición al niño inocente cándido con su cometa a cuestas, que incluso no puede sostener en el viento. Personaje solitario, ingenuo y melancólico. La inocencia es alada, mientras lo malintencionado repta por la tierra.
El niño caminando va encontrándose con otros habitantes en un universo a veces obscuro y otras colorido. En una pista circular, el universo cíclico, como el espiral de la vida.
“Kooza”, muestra una propuesta estética festiva, alegre, un tanto caótica, en el engranaje de su composición. La acción es vertiginosa, transita por senderos terrestres y aéreos vericuetos, es acompañada de emotivas ejecuciones musicales desde lo alto de un balcón. Simultaneidad de la acción escénica con la música, crean atmósferas oníricas que mantienen al público absorto.
El proyecto "Kooza" representa artistas de 24 nacionalidades: Australia, Bélgica, Bielorrusia, Brasil, Bulgaria, Canadá, Alemania, Cuba, Colombia, Francia, Hungría, Israel, Italia, México, Moldavia, Mongolia, Países Bajos, Rusia, España Rusia, España, Taiwán, Filipinas y Ucrania, Inglaterra y Estados Unidos.
Un escenario circular proporciona a la audiencia una excelente vista de 260 grados. Al centro de la pista se ubica una estructura móvil llamada Bataclán, inspirada en la cultura hindú, de donde salen y entran a escena los artistas, es flanqueada por dos escaleras elipsoidales; con la orquesta en lo alto, en un balcón.
Porque “Cirque du soleil”, bebe de la tradición de siglos, de circos y de artistas, aunque se ha ido transfigurando y se ha dotado de inimaginables artificios, colorido y música, es lo mismo que nuestros ancestros vieron.
Recordemos que desde la antigüedad, junto al teatro y al anfiteatro, los llamados circos tenían la misión de entretener como fuera al público. Era la mejor forma de mantener fuera de los problemas del estado al resto de los habitantes; sin lugar a dudas una práctica que se sigue empleando.
Sobre los números que van empujando el carro de la acción, no recordamos el orden, entonces enumeraremos arbitrariamente.
Una tropa de acróbatas formando pirámides humanas, cuerpos volando a través del aire; inmersión y rebote audaz en un círculo de tela, un juego tradicional, empleando esferas colchón de aterrizaje utilizadas por bomberos.
Cuadros de belleza escultórica, crean tres acróbatas de Mongolia, por medio del movimiento, la posición y la velocidad, en el número de contorsionismo.
Danza aérea frenética y reposada en telas por una mujer que demuestra su fuerza, elasticidad, y ligereza.
“Pas de deux” en monociclo, ruedas deambulando alrededor del escenario, combinando equilibrio, control acrobático, fuerza física y expresión coreográfica.
Equilibrio sobre ocho sillas y un pedestal, crean una torre de gran altura, en la que se realizan varios actos de equilibrio, muestra la máxima condición de control muscular del cuerpo humano. Número comisionado a la compañía “Shen Yun” de China.
Cuerda floja doble suspendida en tensión a gran altura, con cuatro caminantes malabaristas que saltan la cuerda, andan en bici, y sostienen jabalinas.
Manipulación de aros, combina fluidez, contorsión y equilibrio excepcional, una destreza impresionante; su rendimiento girando uno, dos, tres e incluso siete aros simultáneamente.
Balancín de resortes lanza a los artistas por el aire, donde ejecutan volteretas quíntuples, preludio para acróbatas que hacen lo mismo, pero a más de nueve metros por encima del escenario, en zancos metálicos dobles.
Danza de esqueletos, paráfrasis de aires calavericos mexicanos de noviembre, pero a usanza de baile de carnaval.
Rueda de la muerte, gira a gran velocidad, sólo es impulsada por dos equilibristas que saltan y contragiran, demostración de acrobacia intrépida y trabajo en equipo que desafía la gravedad.
Al igual que la Cuerda Floja, la Rueda de la Muerte se coloca diagonalmente, de izquierda a derecha, con el fin de romper con la simetría habitual y llevar la acción muy cerca del público.
Un especialista en diábolos - carretes, mantiene entretenido al niño inocente y lo invita a participar. Y la rueda Cyr, un gran círculo que puede contener en su interior a un avezado acróbata de traje azul, la rueda fue reinventada para “Cirque” en 2003, por Daniel Cyr.
Los payasos, un poco anárquicos, ácidos y locos se filtran por aquí y por allá durante los intervalos de cambio de escenografía o cambio de aparatos. Uno enarbola una corona de rey y los otros dos personajes lo emulan, son sus achichincles.
Un perro de grandes proporciones creado con múltiples artificios, persigue a todos, ladra y es imposible de controlar, se vuelve aliado del niño inocente.
La música se inspira en sonidos de la cultura pop occidental, pasando por el funk de 1970, hasta arreglos orquestales completos. Incluso se basa en música tradicional hindú . Seis músicos interpretan en vivo, con trompeta, trombón, bajo, batería, percusión, saxofón, guitarra eléctrica y teclado. Y dos cantantes femeninas.
En fin, una función espectacular brindó la compañía “Cirque du Soleil”, con el
espectáculo “Kooza”, que seguirá en CDMX.
En CDMX se presentará bajo la Gran Carpa Soleil ubicada en Av. Vasco de Quiroga No. 2000,
a partir del 18 de noviembre al 25 de diciembre 2022.
Horario: Lunes 13:30 y 17:30 horas, miércoles, jueves y viernes 21:00 horas, sábado 17:30 y 21:00 horas, domingo 13:30 y 17:30 horas.
Boletos: Desde 1,800 hasta $4,200 (precio en línea). De venta en taquilla y ticketmaster.
https://www.ticketmaster.com.mx/search?q=Cirque+du+Soleil%3A+KOOZA
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