Observamos en escena un teatrino de cortinas rojas, probablemente contendrá personajes, voces, movimiento, música e historias de humanidad e inhumanidad.
Al inició apareció un títere quien es el encargado de abrir el telón, con dificultad lo podrá lograr, a partir de ahí se irá desarrollando la acción que se apoyará en la aparición de otros títeres inspirados en la tradición italiana de la Comedia del Arte, entendiendo Arte como un saber hacer o como un oficio.
La Comedia del Arte nace por el encuentro entre la tradición religiosa de la Edad Media, el espíritu del Renacimiento y la cultura carnavalesca; entre las formas del teatro popular, la tradición de feria, saltimbanquis, charlatanes, en conjunción con la comedia erudita latina y griega; entre calles, plazas y corrales de reyes y nobles.
Cerca del teatrino y en diálogo permanente con los personajes aparece Arlequín, ataviado con el traje de colores, gorro blanco y la máscara emblemática, combinación facial de un mono y un gato, rasgos que dan su forma de ser, gesto y movimiento. De color marrón, vestigio de raza subyugada.
Arlequín irá improvisando metódicamente bajo el guión “canovaccio” (escaleta), e irá escuchando como se van desenredando una madeja de problemas e intrigas a veces observando ó escuchando, a veces cuestionando ó participando en los castigos.
De raíz etimológica: Hellekin o Helle-kin (Hel infierno y Kin bufón), era un reflejo diablesco del dios Odín (padre de todos en la mitología escandinava). Personaje principal y satánico del Car-navalis o Carrus-navalis de las fiestas del equinoccio de primavera, fiestas que duraron hasta el siglo XIII en Flandes y Alemania, mismas que recordaban la entrada de los vikingos.
En los siglos XVI y XVII se vuelve célebre en Italia, un nuevo estilo teatral inspirado en la atelana romana (pieza teatral breve inspirada en personajes tradicionales, que se presentan enmascarados). La Comedia del arte muestra los personajes icónicos siempre, varían solamente los argumentos y los parlamentos que eran inventados.
La presente obra muestra una pasarela de títeres basados en arquetipos y personajes de la comedia del arte, quienes dan secuencia a las escenas y que se han descrito así:
Brighella era un mozo piamontés y un auténtico pícaro. Polichinela, un criado y es un bufón, se presenta como estafador o borracho, aunque también ejerce de ladrón. Soluciona sus problemas cantando, bailando o utilizando el cinismo.
Pantalone, comerciante viejo, avaro y gruñón, enemigo de jóvenes y enamorado ridículamente. Balanzone, nombre en alusión a la balanza de la justicia, es el médico de escasa fiabilidad. Es presumido, ridículo, pedante y tonto.
Arlequín es interpretado por Salvatore Varvaro; la introspección e imaginación de Arlequín al interactuar con los personajes que se encuentran al interior del teatrino, al cual en ocasiones entra, es asombrosa; su correlación con ellos, su posición, su colocación en el mismo plano ficticio (que ellos); la simultaneidad de las acciones contribuye a que gire de forma precisa el engranaje teatral. Añadiendo su ingenuidad y candidez.
Asimismo es notable el abanicó de voces y maniobras de las marionetas de guante a cargo de Giuseppe Cardascio, quien se mantiene oculto dentro del teatrino, dando voz y vida, delineando con precisión cada personaje, aportando rasgos imprescindibles.
Observamos un Arlequín muy equilibrado, optimista, enigmático, muy conmovedor y cándido, que muestra con tanta ingenuidad su necesidad de comer. Mientras los demás personajes urden enredos e intrigan contra él, para apalearlo y subyugarlo; él solo busca lo forma de librarse, si bien no siempre es posible, a veces recibe castigo por su indolencia y glotonería. Y nos explica con su versificación oral.
Arlequín se provee de fantasía para justificar sus acciones, refiere que la panza es la culpable, pero la panza es de él, no se sabe si se ríe de sí mismo o de los demás. Se aflige y se consuela como cualquier niño, espontáneamente. Se muestra tolerante y optimista, sirve pacientemente a sus amos, sigue indicaciones, aunque de repente se muestra hábil para escapar de las dificultades e incluso se divierte por las mismas.
La lectura es tema de interés en la obra, porque Arlequín observa solo figuras, sin significante lingüístico, sin embargo unos anteojos prestados por Pantaleone, le tratarán de devolver la vista que ha perdido, por la cual solo observa figuras.
Recordemos que la Comedia del Arte, es donde se intentan representar todos los estamentos de la sociedad tanto económicos como morales. Y al precusor de los mismos.
Después de todo, qué es el ser humano?, pregunta que continúa en el aire y que ha sido contestada con tan inimaginables ideas:
"Platón definía al hombre, en forma jocosa, como un bípedo implume, los estoicos y luego los escolásticos, pensaban que el hombre es un animal razonable. Para Aristóteles el hombre es un
animal político, un animal que habla. Para Rabelais, el hombre es un ser que ríe, para Descartes un ser que piensa, para Kant, un ser que juzga, para Marx, un ser que trabaja y para Bergson, un ser que crea", ideotas occidentales...
En fin, es interesante observar que en Arlequino se expone una maravillosa manifestación teatral que ha sobrevivido más de 400 años sin perder nada de frescura, seguramente porque: “Nihil novum sub sole”, adagio del libro de “Qohélet” en hebreo ó “Eclesiastés” en griego, que en español se traduce:
“Vanidad de vanidades, todo es vanidad.
¿Qué ventaja saca el hombre de todas las penalidades que se dan bajo el sol?
Una generación va, otra viene, y la tierra jamás cambia.
El sol sale, el sol se pone; y vuelve pronto a su lugar para volver a salir.
Sopla el viento hacia el sur y gira hacia el norte; luego vuelve a girar, y no deja de girar.
Todos los ríos van al mar, y el mar nunca se llena; y vuelven los ríos a su origen para recorrer el mismo camino.
No hay nadie capaz de expresar cuánto aburren las cosas; nadie ve ni oye lo suficiente como para quedar satisfecho.
Lo que ha sucedido, vuelve a suceder; y lo que antes se ha hecho es lo que se hará. No hay nada nuevo bajo el sol.
Si hay alguien que dice: ¡Esto es algo nuevo!; esto ya existía siglos antes de nosotros.”
Sin embargo el ser humano continúa creando conflictos, enredando y desvirtuando todo, incluso anulando lo más elemental para la subsistencia, lastimosamente encaminandose a su destrucción.
Ojalá que un día abramos los ojos, refería Jean Cocteau, así como: “Suelen cerrarse los ojos de los muertos con suavidad; y con suavidad hay que abrir los ojos de los vivos”.
Contenido y material fotográfico
Tempus Telgraph
La compañía “La Bottega Teatrale”, fundada oficialmente en junio de 1995, organiza y gestiona la temporada de Teatro de Figura "Le figure dell’inverno" en Turín y sus alrededores desde hace 18 años. Colabora con la Región de Piamonte y con muchas de las instituciones públicas y privadas en Italia y al extranjero. También organiza talleres y espectáculos en escuelas de todos los niveles. Desde el 2010 está continuamente presente con sus espectáculos en el extranjero en italiano, español, inglés y francés. Se ha presentado en Suiza, Bulgaria, Francia, Polonia, Rusia, varias veces en España, Bosnia y Herzegovina, Marruecos, Túnez, India, Turquía, varias veces en México, Guatemala, El Salvador, Colombia.
Varias veces ganador del Premio “Ribalte di Fantasia” por la calidad de sus espectáculos y de la “Mejor Actuación” en el Festival de Moscú en 2019. En 2012 “El Hambre de Arlequín” fue representada en el Vaticano ante el Papa Su Santidad Benedicto XVI.
Texto del: Instituto Italiano de Cultura de CDMX