El trabajo del artista debe ser como la muerte; hay que entrar por entero en él , sin reserva alguna, solo, sin poseer nada, salvo esta moneda que se ponía en boca de los muertos, para asegurarles el trayecto que les separaba para siempre de sus amigos.
R.M Rilke
Esto es Mozart Festival Internacional, tuvo lugar en Cd. de México del 13 al 29 de marzo de 2015.
Festival que tuvo por escenario la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, la Sala Manuel M. Ponce del mismo recinto, el Auditorio Silvestre Revueltasdel Conservatorio Nacional de Música, el Auditorio Blas Galindo y el Teatro del las Artes del CNA.
Compartimos un recuento breve sobre conciertos de tres orquestas emblemáticas que tuvimos oportunidad de escuchar y narramos un poco sobre el compositor homenajeado.
El contexto de la vida del compositor W. A. Mozart se desarrollo durante dos periodos políticos e ideológicos muy interesantes, el ocaso del siglo XVII, la era de la ilustración: una búsqueda por acabar con las tinieblas de la humanidad, por medio de luz de la razón. Y el inició de la Revolución francesa bajo la proclama: “igualdad, fraternidad y libertad”, que también impacto en estados germanos y sacudió la rígida estructura iglesia - estado.
En ese ámbito durante solo 35 años años, (Salzburgo 27 de enero de 1756 - Viena 5 de diciembre de 1791), Mozart compuso 626 obras. La primera esta fechada a los 5 años, lo que equivale a casi 21 obras por año en tres décadas de creación.
Mozart ha sido considerado el compositor más destacado en la historia de la música occidental, ha influenciado profundamente el mundo germánico y el latino, en su extensa producción se incluyen distintos géneros: lied, danza alemana , concierto para orquesta y para instrumento, sinfonía, ópera, motete, serenata, divertimento y … y en cualquiera de sus obras podemos apreciar una impecable maestría técnica y absoluta genialidad, supo amalgamar y recrear todas las posibilidades estilísticas del mundo musical alrededor de 1770, y con ese caudal forjó un lenguaje musical capaz de todo.
Un acontecimiento fundamental del compositor salzburgués, fue el renunciar al antiguo régimen de producción artística que lo tenía atado a la corte y obtener su sustento como profesional libre, menester que duraría sus últimos diez años de vida, con graves dificultades.
La obra realizada al final de sus días, fue una fiebre descontrolada de creación, obras que abrieron un nuevo camino para la música, con las cuales el compositor se adentró en un territorio de intensa profundidad musical y conceptual.
Sin embargo, como casí siempre ocurre, Mozart no fue ni medianamente reconocido en su país o en el extranjero, sino hasta su prematura muerte sobre la cual hay innumerable especulación, el propio compositor durante los últimos meses de vida decía a su esposa que lo habían envenenado.
La creación mozartiana, fue una revolución interna que extendió las posibilidades comunicativas de la música hasta fronteras desconocidas.
Mozart logro con su descomunal talento e inspiración verter sobre todas las notas un inmenso caudal de humanidad, de trascendencia, de insospechada sabiduría que nos llena, y nos substrae del mundo, precisamente a través de el.
En esta ocasión con motivo del Esto es Mozart Festival Internacional, referiremos sobre tres ensambles connotados en repertorio mozartiano tal es el caso de:
Die Kölner Akademie, ensamble de Colonia, Alemania, se ha distinguido por las interpretaciones de música de los siglos XVII al XXI, con instrumentos originales, tratan de guardar fidelidad a ideas de los compositores, mantienen en escenario la ubicación que adoptaba históricamente cada músico e intentan además cumplir exigencias que aparecen en ediciones críticas de las obras, en lo concerniente a una instrumentación adecuada, por ejemplo.
Bajo la batuta de Michael Alexander Willens, fue presentado el pasado 28 de marzo en el Teatro de las Artes de CENART, un programa compuesto por la Sinfonía nº 21 en La Mayor KV 134, en sus cuatro movimientos.
El motete Exsultate, jubílate KV 165, para soprano, órgano y orquesta, compuesto por dos arias da capo que enmarcan un breve recitativo Fulget amiga dies, seguido por un brillante Alleluija. El tremendo virtuosismo del Allegro inicial y el Alleluija finales se pone en marcha por el elegante movimiento medio cantabile (Andante) Usted virginum corona. La soprano Marcela Chacón realizo un estupendo contraste de estado de ánimo y estilo requerido, busco reconciliar ambos pasajes y momentos con un gran lirismo florido y suma rapidez. Creemos que sus logros técnicos y expresivos agradaron en sobremanera y el mismo director felicito.
Esta obra por sus dificultades y exuberantes coloraturas, pertenece a un escaparate de sopranos brillantes, sin embargo eso no es gran dificultad en un país como el nuestro, considerando su exportación histórica y actual de cantantes, cabe reflexionar.
En la última parte del programa, la Serenata n. 9 en Re Mayor K 320, Corno de posta, de 1779, que consta de siete movimientos y originalmente fue escrita para para dos flautas, flautín, dos oboes, dos fagotes, dos cornos, dos trompetas, trompa de postillón (o corno de posta), timbales y cuerdas. El instrumento homenajeado no era empleado habitualmente en la Orquesta, el corno de posta, un instrumento de viento metal, antiguamente se empleaba para anunciar la llegada del correo en ciudades y aldeas, a posteridad G. Mahler, también utilizaría.
Una interpretación donde la orquesta brilló en contrastes dinámicos y vitalidad rítmica. Los instrumentos de viento sonaron con precisión en papel protagónico con magistrales interpretaciones, la sutileza de la flauta piccolo y en el solo de corno de posta, elegancia y efectividad de intención de dos jóvenes ejecutantes. Los tres últimos movimientos estuvieron presididos por un cambio de afinación que dio otro color a la obra.
Los extraordinarios intérpretes, profundos conocedores de la obra mozartiana, fueron capaces de transportarnos en el tiempo a un Salzburgo de finales del S. XVIII.
Wiener Kammer Orchester ( Orquesta de Cámara de Viena )
Referencia en la vida musical vienesa, fundada en 1946, continúa la tradición de colaborar con artistas en su doble vertiente de solistas y directores. Su notable sonido vienés le ha llevado a realizar giras por más de 70 países. Con Stefan Vladar, director a cargo
Su excelencia en la interpretación del clasicismo vienés, su equilibrio, afinación, calidad sonora y profundidad fueron presentes durante todas las piezas del concierto, nos dejo gratamente complacidos y la conducción orquestal plena de matices expresivos.
La Sinfonía N° 29 en la mayor KV 201, cerro el programa, misma que fue terminada en 1774, elegancia y refinamiento en la pieza muestran la creciente maduración del joven Mozart, con solo 18 años de edad, en el dominio de la escritura sinfónica. La interpretación del ensamble fue con uso moderado del vibrato, tiempos cronometrados en los cuatro movimientos y clara textura sonora.
Para iniciar el programa se presento la Obertura de la Ópera Lucio Silla k 135, y en segunda instancia una pieza para clarinete que de forma prodigiosa Paul Meyer de Francia interpretó, artista que ha recibido distinciones como Gramophone, Grammy, Diapason d´or, etc. por sus grabaciones.
El clarinete fue un instrumento que comenzó como parte de acompañamientos orquestales, hasta llegar a ser protagonista de la mejor música de cámara, pasando por su inclusión en las instrumentaciones de su obra operística.
El Concierto para clarinete en la mayor KV 622, fue uno de los últimos conciertos que el compositor realizará para un instrumento, también el último instrumento en incorporarse a la formación de la orquesta sinfónica.
La obra es perfecta, genial y sobre todo hermosa, al terminar de escucharla nos deja con el deseo imposible de otros conciertos, pero Mozart solo escribió uno. Entonces sólo queda volver a escucharlo nuevamente y agradecer.
Al finalizar las interpretaciones, aplausos entusiastas de los asistentes obligaron encore. Y la propia orquesta inclinandosé agradeció.
Camerata Salzburg - Austria
Desde el siglo XVII hasta nuestros días, tanto en instrumentos de época y posteriores, al lado de solistas de renombre mundial ha desempeñado un repertorio con obras de Mozart, Haydn, Beethoven y Schubert. Desde 1987 programa en la Konzerthaus de Viena su Festival Begegnung. El Festival de Salzburgo le concedió a la Camerata su propia serie de conciertos.
Viernes 27 de marzo, en medio de una tremenda lluvia logramos llegar al Conservatorio Nacional de Música ubicado en Polanco, por una variación burocrática, a pesar del torrencial, los “polis” no nos dejaron pasar y tuvimos que dar toda la vuelta, en medio del caos vial. Nos encontramos que teníamos que llegar una hora antes al concierto para poder ingresar y que había filas prioritarias para los alumnos y para el común de los mortales, que un día los escucharemos. E incluso eso lo pudimos comprender, sin embargo el trato que nos procuraron por que solicitamos un lugar… preferimos lo imaginen favor, elegimos sumarnos a la fila, en espera de un lugar. Extrañamente notamos como casi todos los lugares de prensa quedaron vacíos.
En medio de truenos, y relámpagos que solo podíamos inferir de lo que oíamos se presento la Camerata , dando apertura con la Obertura de El rapto en el serrallo KV 384, y cerraron con la Sinfonía núm. 40 en sol menor KV 550. La acústica del recinto no permitió tener una pálida idea de las exposiciones, sin embargo en medio de esta disgregada sonoridad, excesivamente enfática de repente, pudimos apreciar un joven concertino visualmente apasionado, con una memoria que permitía plena libertad de ejecución.
Presentaron también dentro del programa el Concierto para Violín y Orquesta N. 5 en La Mayor K 219, obra que el compositor terminara de escribir el 20 de diciembre de 1775, siendo estrenada poco tiempo después en Salzburgo. En un inició se realiza una primera exposición de la Orquesta, para inmediatamente adentrarse el papel del solista. Con un meticuloso cuidado el discurso mozartiano avanza por el primer movimiento con una clara sonoridad, en singular comunión con la Orquesta. A continuación disfrutamos la belleza lírica del segundo movimiento, Adagio, lleno de sutilezas para pasar a un final Tempo di Menuetto, que se adentra en una marcha turca, la que el solista imprime de viva energía para regresar al Tempo di Menuetto con el que finaliza el Concierto.
Seguramente el violinista poseía un instrumento histórico magnánimo, ya que exhalaba un especial color, sin embargo no logró cautivarnos su ejecución.
Mozart tenía una imaginación increíble y una maravillosa facilidad para crear bellas melodías, sencillas, agradables y que podrían trasmitir innumerables sentidos afectivos.
Mozart nos deja un lengua incomparablemente enriquecida que invitamos a seguir disfrutando.
Son sólo sueños, hermosos de compartir con otros que aman la música.
Felices próximos conciertos y nostalgia de los anteriores
Polyphony Journal