El brasileño Ricardo Pucceti presentó en este espectáculo, una demostración del potencial anárquico de la risa, la fuerza guerrillera del payaso y su poder subversivo de transformación.
Dos vertientes con respecto a la cría de payasos, en cuanto a "el humor viene de adentro", también existe controversia. Grupo Lume una de las principales escuelas brasileñas, extiende la idea de que cada uno tiene su propia subjetividad y mirada de payaso, personalizada y mixta. Ya en el circo clásico, el payaso tiene talento cómico, pero aprende en familia, hereda una forma de hacerlo que es secular, las llamadas repeticiones, entradas, bromas. Lo que es común a ambos es la subversión del poder a través de la exposición del ridículo: la poética del payaso no fracasa.
Grupo Lume, incorpora la idea de que el payaso no es un personaje, sino el telescopio de cada persona, un detective que expone su singularidad y características esenciales, por eso el payaso tarda algunos años en descubrir y construir todas las emociones en su propio payaso para poderlo compartir.
En la actualidad ante la intolerancia, la inflexibilidad, la falta de respeto y de la "verdad absoluta" de cada uno, el clown viene a romper con todo eso y lo convierte en un crisol que demuestra que todo es relativo.
En esta función, el payaso Teotônio demostró una combinación única de magia, actos de equilibrio, contorsionismo, canto y malabares, mostrando su fragilidad ante cada número en que todo salía mal e iba empeorando, pero él buscaba resolverlo de alguna forma y continuar intentando.
La interacción con el público se mantuvo constante durante la función, para dar continuidad a las resoluciones de los planteamientos, el público se mantuvo atento sugiriendo y riendo. La obra fue presentada en el "7º Encuentro Internacional de Clown", en CDMX.