“Si se mira. El silencio es suficiente, es suficiente esa inteligencia, aunque sea sin palabras”. Onho
En el marco del quincuagésimo Aniversario del “Festival Internacional Cervantino”, se presentó en Guanajuato y en CDMX, la obra “Kosa - entre dos espejos”, compuesta de extractos de piezas del repertorio de la compañía “Sankai-Juku”, recién reelaboradas para sacar a la luz la quintaescencia del arte coreográfico de la compañía.
“Sankai-Juku”, cuyo significado literal es taller de la montaña y el mar, refiriendo la topología de Japón, fue fundada en 1975, bajo la dirección de Ushio Amagatsu, quien pertenece a la segunda generación de bailarines de Butoh.
Observamos como: de cada escena surgen bailarines masculinos semidesnudos, cubiertos de pintura blanca de pies a cabeza, sin cabello, bocas abiertas y miradas fijas. Ellos se sincronizan desde puntos cardinales realizando movimientos relámpago ó hipnóticamente lentos, intempestivos, forman contorsiones, hacen pausas, crean silencio y sugieren estertores; en forma arrítmica expresan una innumerable confluencia de emociones inexploradas aún (por nosotros).
Se crean atmósferas compuestas por líneas que ascienden y que descienden, que recorren el espacio horizontal creando sutiles e intensas abstracciones que dejan incluso espacio para que el público traiga sus pensamientos y sueños a la obra, componiendo mundos subjetivos, metafóricos y ricos por los que se puede andar.
Infinita geometría de puntos, líneas y ángulos, acompañada de paisajes sonoros e iluminación apoyan la impresión de levedad, equilibrio, oscilación, velocidad en vuelo de ave, nado de pez, por cielo, olas y dunas; un ciclo evolutivo e involutivo; ejes de transformación.
La compañía “Sankai-Juku”, mostró diseños sublimes en las piezas coreográficas, mostró la magnificencia de su formación: entrenamiento, pericia y experiencia para abordar tan compleja disciplina artística, incluyendo sus aristas. Y expuso una increíble iluminación, música y escenografía imaginaria. Represento su "diálogo con la gravedad", creando un juego con la percepción del tiempo y el espacio mediante la ralentización y la sincronización con la gravedad.
"Sankai-Juku", cautivo a un público con su bella, escultural y metafísica obra: “Kosa - entre dos espejos”, recibió una duradera aclamación de pié, humildemente los bailarines agradecieron, haciendo genuflexión sincronizada en varias ocasiones.
Investigamos que las raíces primigenias del Butoh provienen de que el pueblo japonés cree que los dioses ocupan un espacio vacío, un punto inmóvil en medio del cambio. Entonces, a través de ese silencio de lo personal, fruto del despojamiento, es cuando el cuerpo se pone a hablar su propio lenguaje y hace visible lo invisible.
Para la transformación ó metamorfosis, en el butoh los intérpretes no utilizan sólo personajes humanos como fuente. También están dispuestos a explorar la transformación en una piedra o en animales. Incluso recurren a toda una gama de texturas disponibles en el mundo natural e intentan manifestar esos materiales físicos y psíquicos en sus cuerpos.
En el butoh se suele decir que "el bailarín no debe bailar, sino ser bailado".
Butoh es una aventura hacia la provincia subconsciente, se requiere y es necesaria la capacidad de entrar y salir de esa provincia.
En conjunto mente-cuerpo, los movimientos se estimulan cíclicamente y uno cambia al otro, formando un ciclo o espiral para el cambio; la soledad profunda es necesaria para percibir el hecho innegable de que cada persona está conectada en la capa profunda de la mente, el alma, el espíritu, el cuerpo, etc., el bailarín emprende ese viaje.
En última instancia, la prueba de un gran bailarín de butoh es su capacidad para transformar no sólo su cuerpo, sino también el espacio, ya que el público sólo puede acceder a su "espíritu" cuando se manifiesta en el espacio. El bailarín de butoh crea un espacio increíblemente intenso entre él y su público.
Lastimosamente los movimientos artísticos suelen ser moldeados e impulsados por acontecimientos trágicos y desastrosos, y el Butoh no es la excepción.
Surgió en la década de 1960 una danza artística radical llamado "Ankoku Butoh - danza obscura y negra”. Una danza hacia la obscuridad, danza del inframundo, danza en reacción a ruinas y destrucción, a una guerra de devastación a sangre y fuego, ante la desolación de inmensas extensiones vueltas ceniza. Ante la inmensa perdida de vida humana. Surge el Butoh, su raíz, danza (bu) y golpear la tierra (toh). Para recobrar el cuerpo desaparecido, exterminado.
Danza, para crear conciencia de humanidad y poner en escena lo que no se quería ver, lo que continúa provocado el ser humano en la tierra, la destrucción absoluta. Para rememorar la tragedia del primer bombardeo nuclear del 6 y 9 de agosto de 1945, en Hiroshima y Nagasaki. Y el holocausto de fuego, el múltiple bombardeo de Tokio, Nagoya, Osaka y Kobe con bombas incendiarias y de napalm, que causó más perdidas humanas que las dos bombas atómicas juntas, un genocidio. Truman solo querían acabar con la población nipona rápido, sin perder más dinero y sin sacrificar más gringos. Sabía que los japoneses se rendirían hasta el último hombre. La inminente rendición de Japón ante tales sucesos inenarrables, con la posterior atroz y escalofriante ocupación e invasión. Incontable sufrimiento y perdida para los nipones, en lo material y lo espiritual. Sin mencionar los efectos deletéreos a largo plazo, que sufrieron los sobrevivientes.
Kenzaburo Oé nos dicta una lección sobre ese cobarde y provocado acontecimiento nuclear: “que salvemos siempre la dignidad del hombre y sepamos que el Infierno lo puede generar el hombre".
Paso intermedio entre la danza y el teatro, el Butoh va mas allá, es una lucha en resistencia por la libertad de forma: espiritual, mental y corporal, que todo individuo debería proclamar.
En la actualidad los seres viven momentos límite donde se ha perdido la importancia de la vida y el Butoh es el espacio para revalorarla; se busca vivir en el cuerpo el ciclo de la vida a la muerte y viceversa.
Los movimientos del Butoh son en simultaneidad vida-muerte, unión de la materia y el espíritu.
Queda la lección sobre el conflicto bélico que refiere: “después de la catástrofe a la que nos enfrenta la historia nuestro camino es recuperar nuestro cuerpo en el que esta guardado nuestra historia y nuestra única verdad, de dolor y de amor, este es el lugar que se nos otorgo en el universo.” Tatsumi Hijikata,
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Face: "Palacio de Bellas Artes"